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Carmen Santamaría: «El amor produce desvaríos, pero también es poderoso e imprescindible».

Una campaña de crowdfunding es una montaña rusa de emociones. Toda persona que se ha enfrentado a esta fórmula de financiación pasa por las distintas fases que van desde los nervios iniciales hasta la alegría ver su sueño hecho realidad.

No es la primera vez que Carmen Santamaría se lanza a la aventura de publicar con Libros.com: hace tres años Carmen llegaba a nuestras vidas con su novela «Último viernes de octubre». Tras aquel éxito, nuestra querida autora repite experiencia y vuelve a la carga con su nuevo proyecto editorial, «Del amor y sus desvaríos, luces y sombras». La campaña ya ha alcanzado el 40% de su objetivo y Carmen reconoce vivir esas emociones e incertidumbres que siempre emergen en el ecuador de la campaña. Hoy comparte con nosotros cómo está viviendo estos días tan emocionantes.

Carmen, vuelves a lanzar una nueva campaña de crowdfunding para hacer posible otro proyecto editorial ¿Qué te ha impulsado a volver a repetir la aventura?

Las ganas de ser leída, el deseo que siento, cuando escribo, de llegar a un destinatario. Escribo por placer e impulso irresistible, sí, pero pienso y deseo siempre compartir lo que escribo, comunicarme, transmitir las emociones que me mueven a mí a fabular. Lo de escribir por desahogo o para una misma es muy respetable, pero a mí no me basta. Necesito, aunque sea una sola persona, que me lean. Por eso me he lanzado a esta campaña. Porque sé que esa persona, o esas varias personas que me van a leer, existen, muchas me conocen y me han leído, pero también pretendo llegar a desconocidos.

¿Qué es lo que más recuerdas de la anterior campaña? 

Que me permitió recuperar el contacto con personas con las que no hablaba desde hacía años, que me dio muchas alegrías y que llegué a desconocidos, como pretendía. Hubo gente que me dio su confianza sin conocerme. Gente que me apoyó a llevar a cabo un proyecto tan importante para mí sin tener conmigo una relación cercana, sin haber leído antes un libro o un relato mío.

¿Estás encontrando nuevas dificultades en esta nueva aventura?

Las campañas son, a veces, impredecibles. La segunda vez quizás no tanto como la primera, cuando te estrenas. Lo bueno de la segunda vez es que muchos mecenas ya te conocen de la anterior, de la primera novela que ya han leído. 

Si definieses esta nueva obra con una palabra ¿Cuál sería?

Relatos de amor sin romanticismos ni magia, retratos de gente que ama y a ratos sufre, a ratos disfruta del sentimiento amoroso por una pareja. El amor como eje de varias historias que no siempre son ejemplares o tienen un final feliz. El amor que produce desvaríos, como dice el título. Pero también el amor que es poderoso e imprescindible porque, como dice una de los personajes, duele más no haber amado nunca.

De los relatos que componen esta obra, ¿Cuál es tu favorito y por qué?

¡La pregunta trampa! A la que hay que responder que todos los relatos son hijos tuyos (risas). Pues no, voy a decir tres: El primero, el tercero y el último porque son los que más he trabajado, los que me han costado un esfuerzo mayor para ajustarlos y expresar todos los matices que consideraba que debían reflejar.

¿En tu obra hay más amor o desamor?

Muchísimo más amor. Todos los cuentos son de amor, aunque a veces ese sentimiento, cuando es anómalo, inconveniente, retorcido, conduce al desamor.

¿Qué les dirías a esas personas que están dudando si hacerse mecenas?

Que se animen, porque entre esta colección de relatos seguro que hay más de dos y más de tres (y más de diez, quizás) que les van a gustar. Y que estoy dispuesta a escuchar o leer sus críticas si no es así. Dispuesta sólo no, estaría incluso agradecida.  

Entre los mecenas de esta nueva campaña hay muchos que repiten, pues te apoyaron en «Último viernes de octubre». ¿Qué van a poder encontrar de novedoso en este nuevo libro?

Los relatos no son novelas en miniatura, tienen sus técnicas propias, sus trucos, sus recursos. Eso puede ser un inconveniente para los aficionados a las historias largas y con ramificaciones, como era la de Cecilia, el personaje de «Último viernes de octubre». Pero también tiene sus ventajas: un relato puede leerse en un periodo de tiempo único, en un trayecto de autobús o de tren, en la espera de una consulta médica, en ese ratito de cama antes de dormirte. Además, un libro de relatos no exige ser leído de un tirón, puedes alternarlo con una novela, con un ensayo, puedes dejarlo dos semanas en la mesilla sin perder el hilo. 

Te deseamos suerte en este segundo tramo de campaña, Carmen. Y tú, si aún no has apoyado a nuestra querida autora, ¡¿a qué esperas?!

¡Hazte mecenas en su página de campaña!

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