Entrevista a Rubén Sánchez, portavoz de Facua
¿Qué y quiénes se escondían detrás del sindicato Manos Limpias? ¿Cuál era el papel de Luis Pineda, la cabeza visible de Ausbanc? ¿Estaban al tanto gobernantes y periodistas de sus actuaciones criminales?
Hay muchas preguntas a las que estamos decididos a dar respuestas. El lector las encontrará en Manos Sucias, el libro del periodista Javier Chicote que actualmente se encuentra en campaña de crowdfunding: http://bit.ly/2nNwGhl. Chicote, periodista de investigación del ABC, lleva años transitando las cloacas de estas organizaciones en busca de la verdad.
Para acompañar su testimonio, hemos entrevistado a Rubén Sánchez, portavoz de Facua y blanco de las denuncias de Luis Pineda y Miguel Bernad, otra de las voces valientes que se han alzado contra estos falsos defensores de los ciudadanos. El precio de hacerles frente ha sido alto, pero ha merecido la pena.
– Formas parte de los acontecimientos que Javier Chicote recoge en su libro Manos Sucias. ¿Cuál es tu papel en esta historia?
Yo fui una de las víctimas del acoso y las amenazas de Pineda, de Ausbanc y de Manos Limpias, por una serie de motivaciones del propio Pineda: intentar borrar del mapa a Facua, la organización para la que trabajo, y a la vez silenciar lo que yo estaba publicando sobre las prácticas oscuras de Ausbanc.
– ¿De qué se encarga una organización como Facua?
Somos una de las principales organizaciones de defensa de los consumidores. Nuestra labor es muy distinta a la que Ausbanc intentaba hacer creer que hacían ellos. Somos totalmente independientes del poder político y económico. No aceptamos dinero de las empresas y denunciamos todas las prácticas fraudulentas y abusos gubernamentales. Ausbanc fue una de las empresas que intentamos desmontar. Fingían ser lo que somos nosotros, una organización dedicada a defender los derechos de los consumidores españoles. Vieron en nosotros un enemigo a batir porque éramos una organización que le hacía la competencia en lo que ellos consideraban un negocio, y a la vez porque no nos estábamos callando ante sus actuaciones ilícitas y la farsa que representaban.
– ¿Cuándo y por qué surge el enfrentamiento entre Ausbanc y Facua?
Fue a inicios de esta década. Pineda intentaba tener una relación cordial con nosotros porque actuábamos en ámbito estatal y estábamos despuntado en el movimiento de protección de los consumidores. Querían que fuésemos de la mano en esas denuncias para aparecer los dos, Facua y Ausbanc, como las únicas organizaciones inmaculadas. Nosotros sabíamos que Ausbanc era sinónimo de fraude, y no aceptamos ninguna acción conjunta. Pineda se fue dando cuenta de que queríamos denunciar a Ausbanc y expulsarla del registro de organizaciones de consumidores en el que entró durante el gobierno de Aznar. No solo no aceptamos ser amigos, sino que queríamos batirlos. Entonces empezaron las amenazas directas contra mi: que me calle, que me vaya de Facua… Querían eliminarme a mí y a mi organización. La primera de las amenazas directas es judicial, similar a las que interponían a las empresas para sacarles el dinero. Pineda me amenaza, creo que en 2012, porque recordé en Twitter su pasado de terrorista de la ultraderecha. Él me dice que por haber lanzado ese tuit me llevara a los tribunales. Me exige que borre el tuit, le pida perdón y ponga la cifra para no llevarme a juicio. Yo no solo no hice nada de esto, sino que le llevé a él a los tribunales por la campaña de difamación sobre mí que había iniciado.
– ¿Y por qué intervino Manos Limpias?
Manos Limpias entra en juego cuando Pineda quiere presentarme en público como un corrupto que ha realizado facturas falsas con UGT Andalucía. Aprovecha que yo fui proveedor de UGT -junto con otros clientes- en una agencia de comunicación independiente en la que trabajaba, y Pineda lo usa para decir que les he hecho facturas falsas y otras irregularidades. Diseña un montaje atribuyéndome estas facturas, cobros de trabajos no realizados… Se lo da todo a Manos Limpias para que lo copie y lo pegue en su libelo Mercado de dinero. Manos Limpias así lo hace e interpone una denuncia contra mí. Pineda lo anuncia en público y lo difunde una y otra vez en sus redes sociales. Esta denuncia nunca provocó una apertura de investigación judicial contra mí.
– ¿Qué dijeron sobre ti, y cómo les hiciste frente en los tribunales?
La de las facturas falsas y los trabajos no realizados son sólo algunas de las acusaciones que interpusieron sobre mí. También me implicó en el caso de los ERE, los cursos de formación en Andalucía, dijo que yo era un acosador de mujeres, planteó relaciones mías con la pedofilia… Todo lo que se le ocurría. Estaba día y noche pendiente de lo que yo hacía, de lo que decía en Twitter para entrar en mis conversaciones e irle a periodistas y políticos contándole delitos nuevos que supuestamente había cometido… Llegó a llenar ciudades de carteles con mi cara diciendo “Se busca” y acusándome de distintos delitos. Hubo bastante repercusión mediática. Yo lo que hice fue responder públicamente y en los tribunales. Le he interpuesto dos demandas, también Facua como organización, y todas las sentencias las hemos ganado.
– La prensa, el gobierno… ¿Nadie sabía a qué se dedicaba Ausbanc realmente?
Dentro del movimiento de defensa de los consumidores todos sabíamos que Ausbanc era una organización criminal. En el gobierno había quien lo sabía y quien no lo quería saber. Ausbanc se apunta al registro estatal en las etapas de Aznar y Rajoy. Se sabía que era un negocio financiado por la banca, algo prohibido para las organizaciones de defensa de los consumidores. Otra cosa es que supiesen lo de los delitos. Trataban de justificar su financiación con algunos subterfugios, creando organizaciones pantalla, como una ONG con el mismo nombre. En la prensa, lamentablemente, algunos periodistas no se atrevían a publicar nada contra Ausbanc porque le tenían miedo, y digo miedo porque Pineda montaba campañas de difamación brutales, aunque nunca llegó a mostrar con otros esa obsesión enfermiza que tenía conmigo. Pineda siempre intentaba desacreditar a la prensa, y también compraba periodistas para que hablasen bien de Ausbanc, por ejemplo en la radio y en la televisión pública andaluza, comprando al director de antena, emitiendo facturas falsas para él a través de un restaurante… A algunos periodistas los tenía comprados para tener presencia en sus programas. Pineda siempre soñó con ser una especie de Robin Hood público, al que la gente idolatrara, pero nunca lo logró, no tuvo la resonancia que deseaba porque mucha gente sabía que no era trigo limpio. Los perros viejos del periodismo sabían que no podían darle credibilidad debido a su pasado y porque estaba comprados por banqueros.
– En tu libro Timocracia recogiste 300 formas en que las empresas e instituciones engañan a los ciudadanos. ¿Tan fáciles somos de engañar?
En la primera entrega de este libro hablé sobre Ausbanc y Manos limpias, pero antes de que se desmantelase la trama. Aún no se podía contar lo que había detrás al completo. Manos Limpias era un gran ejemplo de timo. Se presentaban como defensores de una serie de valores al tiempo que denunciaba sistemáticamente la corrupción, pero en realidad todo era para sacar dinero a los presuntos corruptos ofreciéndoles a cambio la retirada de las denuncias. También eran censores de ciertas ideas y modos de vida, como por ejemplo la homosexualidad. Son una organización de ultraderechistas, y estaban en contra de realidades como ésta. También ponen en el punto de mira a muchos personajes de la izquierda política como Pablo Iglesias. Cuando Pineda entra a colaborar con Manos Limpias, estos profesionalizan las denuncias.
El caso de Ausbanc es otro timo. Se han hecho pasar durante décadas por defensores de los consumidores, y junto con Manos Limpias, ambos lograron tener una posición mediática que para algunos ciudadanos les daba cierta credibilidad. Más allá de estos dos casos, estoy recogiendo más de 300 fraudes de los que han sido víctimas ciudadanos y consumidores. Hay muchos lobos con piel de cordero iguales que Luis Pineda y Miguel Bernard (Manos Limpias).
– ¿Por qué recomendarías a los lectores el libro de Javier Chicote, Manos Sucias?
Creo que es necesario recopilar en un libro la historia oscura de Ausbanc y Manos Limpias. Vivimos en un país donde es muy fácil el olvido. Me temo que cuando Pineda salga de la cárcel, y también cuando salga Bernard, vayan a empezar a trasladar mensajes muy distintos a la realidad sobre sus actividades delictivas. Más allá de la hemeroteca, es necesario que un libro recopile toda esta historia con un nivel de profundización mucho mayor que el que permite la prensa diaria, como hace el libro de Javier Chicote.
– Tú eres mecenas de este libro. ¿Qué te parece el crowdfunding como alternativa al sistema editorial tradicional?
Creo que el crowdfunding es una gran herramienta para la difusión de la cultura. Además, es una vía alternativa que facilita la difusión de una cantidad mayor de obras, sobre todo de aquellas con mucho valor y cosas que contar como es este libro, que tanto tiene por revelar.
Conoce el resto de la historia en Manos Sucias, de Javier Chicote. Para que éste libro sea una realidad necesitamos 150 mecenas. ¡Forma parte de este proyecto! Puedes apoyar el libro aquí: http://bit.ly/2nNwGhl.