Para muchos será conocido el papel que interpretó hace unos años la actriz Keira Knightley en la película Descifrando Enigma: una joven se une a un grupo de criptoanalistas para intentar descifrar el complejo código de comunicación nazi durante la Segunda Guerra Mundial. Pero ¿quién era aquella mujer?
Se llamaba Joan Clarke, nació el 24 de junio de 1917 en Londres, y solo tenía 23 años cuando llegó a la instalación militar británica Bletchley Park, invitada por el que fuera su profesor de geometría en la universidad.
Desde que conoció al famoso matemático Alan Turing en 1941 entabló una estrecha amistad con él que duraría toda la vida. Durante largos meses pertenecieron al mismo equipo de desciframiento cuyo exitoso desenlace se estima que acortó la guerra entre dos y cuatro años.
Para recompensar sus méritos, y dado que en aquel entonces las mujeres cobraban un salario menor al de los hombres aun cuando realizaban el mismo trabajo, sus compañeros solicitaron que se le pagara un sueldo extra en calidad de lingüista, a pesar de que únicamente hablaba inglés.
Después de la guerra, cuando el velo de secretismo en torno a las operaciones en la base se levantó, se conocieron las aportaciones de Clarke y su equipo. En 1946 pasó a formar parte de la Orden del Imperio Británico como reconocimiento a su trabajo.
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