Muchas de las propuestas que recibimos en nuestra editorial vienen acompañadas del siguiente mensaje: “Con mi libro no vais a tener problema, lo han leído varios amigos y lo ha revisado ya un corrector: está muy pulido. Podemos sacarlo nada más terminar la campaña”. Bien, sentimos informar a todos los autores que piensen que su libro está perfecto y que no necesita ser corregido que no están en lo cierto.
Un texto siempre se puede mejorar, para eso existe la figura del editor, y no tiene por qué ser un trauma para ninguna de las dos partes. Hoy queremos ahondar en algunas de los aspectos que suelen ser motivo de corrección, y en experiencias acumuladas durante estos años.
- Adaptar el texto a los criterios de estilo de la editorial. Tenemos nuestro propio libro de estilo. En el detallamos el uso que se debe hacer de comillas, cursivas, negritas, citas, etcétera. No es algo hecho porque sí, varios de nuestros editores han trabajado (y trabajan) para que sea lo más completo posible.
- Si algo puede contarse en una frase, ¿por qué hay que dedicarle un párrafo? Muchas veces, sobre todo cuando comenzamos a escribir, tendemos a adornar todo, a querer mostrar al lector lo buenos que somos metiendo más y más palabras. Es un hecho que nuestros correctores se encuentran a menudo, y que hacen ver a los autores. Suele ser algo que cuesta entender, pero cuando lo razonamos con el autor, acaba viendo que su texto coge así agilidad y que no era necesario dedicar un párrafo inmenso a desarrollar una idea, que con una o dos frases era suficiente. Recuerda esta frase que aún hoy se escucha en las redacciones de algunos periódicos: “¿Puedes contarlo en una línea? Adelante, hazlo, el lector te lo agradecerá”.
- Los adjetivo no son clave en una historia. Oh, eterna lucha con los autores — entiéndase lo de lucha en sentido figurado — . Hemos tenido casos donde los adjetivos campaban a sus anchas como grandes protagonistas del texto; no queremos decir con esto que no se pueda adjetivar, pero todo está bien en su justa medida. Y un nuevo recordatorio cuando escribas: los adjetivos no son clave para una historia. Hemos escuchado muchas veces que “ese adjetivo es clave para la historia de mi libro”. Dejadnos que lo dudemos 😉
- Todos los cambios que hacemos en la editorial tienen un porqué. Cuando uno de nuestros correctores devuelve al autor el texto revisado, este último puede ver, gracias al control de cambios, todas las modificaciones que ha hecho el corrector y el porqué de cada cambio. En Libros.com nos gusta explicar esto de forma detallada, que el autor nos vea como personas con las que se puede dialogar, debatir y que buscan hacer un texto que ya de por sí era bueno el mejor posible.
- No te vengas abajo, los lectores te lo agradecerán. Todos, y cuando escribimos es todos, necesitamos de un lector ajeno a nosotros, en este caso el corrector o editor, que nos indica qué hay que cambiar en nuestro texto, cómo puede mejorar. En la historia de la editorial hemos tenido autores que se han venido abajo cuando han recibido su texto ya corregido, pensando incluso si tan malo era al ver muchas marcas del corrector en el texto. Insistimos, nuestra labor es que mejorar tu texto y que los lectores reciban la mejor versión de tu trabajo.
Bola extra: si después de leer esto te han entrado ganas de mejorar tu forma de escribir, hay algunos recursos y libros que te podemos recomendarte. Por ejemplo, para nosotros, cualquier texto de Jordi Pérez Colomé es un buen ejemplo de cómo escribir bien y cuidar un texto. Puedes leer su blog Obamaworld, donde contó la presidencia de Barack Obama en Estados Unidos, o comprar su libro Cómo escribir claro. El periodista Carlos Salas también ha escrito varios libros que pueden ayudarte en esta tarea: no son muy extensos y se leen en poco tiempo, y de verdad que ayudan bastante a mejorar.
Y recuerda, si estás trabajando en un proyecto de libro y quieres enviarnos una propuesta, puedes hacerlo aquí 👉 https://bit.ly/2JojZY1
